el golpe del 28 de septiembre de 1951
el relato de carlos saettone

el relato de jorge kawaguchi.
Esa mañana estábamos en las aulas, cuando nos ordenaron marchar a las compañías, y luego a armarnos. Retiramos nuestro armamento individual (el viejo Mauser y su sable bayoneta) y también los fusiles ametralladores Madsen, y recibimos munición de guerra. Pero recuerdo que no en cantidad suficiente como para llenar todas las cartucheras; por lo visto no había suficientes.
De la arenga del Cnel Videla Balaguer, tengo un recuerdo muy borroso. Sólo que estaba llena de palabras como patriotismo, constitución y cosas así de encendidas.
relato de alberto sforsini berrondo - "bautismo de..."
La transformación de un día normal, en otro muy especial, ocurrió en breve lapso...
relato de carlos gavaldá.
RELATO DE GIACOMAZI
Lo que tengo que agregar a lo narrado por los compañeros es lo siguiente: ese día por la mañana una comisión de cadetes en la que yo estaba incluído, iba a trasladarse hacia Campo de Mayo, representando al Liceo Militar en una ceremonia en uno de los cuarteles allí existentes.
A esa ceremonia iba a asistir Perón.
Después del desayuno, los que formábamos parte de dicha comisión, retornamos a los dormitorios para vestir el uniforme de salida. Cuando estábamos esperando los pantalones que habían sido enviados a planchar a la lavandería, vimos retornar del patio escolar a todos los compañeros con la orden de ponerse ropa de fajina, pasar por la armería, y armarse con el fusil con munición de guerra. Todo el resto es ya conocido por Uds.
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(Nota del Editor: Pienso que por poco la historia podría haber sido diferente. Si Giacomazi y los otros delegados hubiesen salido un poco antes, tal vez habrían llegado al cuartel de Campo de Mayo donde iba a estar Perón, y si los revolucionarios hubiesen llegado también hasta allí, seguramente se hubieran encontrado metidos en flor de lío.)